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Amantes del propóleo y el Mercadona- KITSANA

¿La leche produce acné en nuestra piel?

produce la leche acné en adultos

Una de las preguntas que queremos responder en este artículo es si la leche produce acné a nuestra piel;

La piel es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, puesto que nos envuelve y nos protege. Además es uno de los órganos más visibles. Por eso no es de extrañar que a todos nos guste tener una piel, joven, bonita, tersa y sobre todo y lo más importante, sana.

Uno de los factores que más van a determinar el estado y la salud de nuestra piel, es la dieta. Efectivamente, la piel es un órgano de desintoxicación y eliminación de residuos y en ella también se acumulan grasas.

Una dieta desequilibrada, rica en azúcares, alimentos procesados, sal, conservantes, colorantes y otro tipo de ingredientes artificiales, así como muy abundante en grasa y excesiva en calorías, dará como resultado una piel apagada, que lucirá menos joven y con más tendencia a sufrir acné.

Por otro lado, comer todo tipo de alimentos para cuidar la piel, especialmente flavonoides, puede ser muy beneficioso para la salud y evitar que aparezca acné. Pero, ¿Que son los flavonoides?

Especialmente esto último ocurre cuando la grasa o el exceso de calorías de la dieta que se transforma en grasa, estimula a las glándulas sebáceas y el sebo que producen queda atrapado en el folículo piloso o poro.

Las bacterias que habitan nuestra piel entran a través de los folículos pilosos para alimentarse de la grasa creando infecciones que dan lugar a la aparición de granos y acné.

¿La leche provoca acné? Motivos

La leche es uno de esos alimentos cuyo consumo está muy extendido y normalizando. Sin embargo  se está demostrando que existe una relación directa entre el consumo de lácteos y la aparición de acné.

En la actualidad son cada vez más los estudios científicos que apoyan esta teoría. En el pasado el acné se relacionó con la dieta de otra forma, más orientada a relación entre el consumo de grasas y azúcares y la aparición de acné.

No obstante la experiencia práctica de muchos dermatólogos está poniendo de manifiesto que los pacientes que más lácteos consumen son los que padecen más acné o empeoran el que ya tienen.

Es por esto que la ciencia ha decidido prestar atención a este aspecto, estableciéndose una relación cada vez más directa entre el consumo de lácteos y el acné.

  • Exceso contenido de grasas en su composición y alto valor calórico: La leche si se consume entera, es un alimento muy rico en grasas y calorías. Recordemos que la leche es un reconstituyente súper nutritivo que toman los bebés de los mamíferos.

Esta destinado a mantenerlos con vida y alimentarlos hasta que pueden hacerlo por ellos mismos.

Es por esto, que debido a su gran aporte en grasas y calorías no son recomendables los lácteos ya que pueden agravar el problema aumentando la producción cebácea que luego se acumula en los folículos de los poros, dando lugar a la aparición de granos y acné.

  • Alteraciones en las hormonas: Aun así existen la leche y los productos lácteos desnatados y podemos pensar que el problema está resuelto. Pero no es exactamente así.

Se ha descubierto que los productos lácteos son insulinotrópicos, es decir, que producen alteraciones en los niveles de insulina de nuestro cuerpo. Estas alteraciones pueden resultar beneficiosas en estados de crecimiento poco desarrollados (como los bebes) pero en estados posteriores de crecimiento, las alteraciones en los niveles de insulina llevan a variaciones hormonales.

Estas variaciones en las hormonas influyen directamente tanto en la calidad como en la cantidad del sebo y producen inflamación folicular. Creando la problemática del acné y agravando la que ya existe.

Todos los tipos de lácteos, producen este mismo problema porque no es algo que resida en los macrocomponentes de la leche (como la grasa o las vitaminas) que se pueden aislar en un momento dado, como ocurre con la leche desnatada. La acción insulinotrópica reside en microcoponentes de la leche, que no se pueden aislar.

Así mismo la grasa de la leche entera, tiene más esteróides, porque se les administran a la vacas para incrementar su crecimiento. A su vez estos esteróides producen cambios en las hormonas del propio cuerpo humano, agravando la situación aún más.

Y por si fuera poco, el proceso de fermentado de algunos quesos, incrementa la concentración de grasas y de sustancias precursoras de la testoterona, otra hormona que se relaciona directamente con la secreción de sebo.

Recomendaciones para evitar acné por los lácteos

Después de leer esto, es evidente que hay cosas que están en nuestra mano para ayudar a disminuir el acné, si es que está apareciendo o mejorarlo si ya es persistente.

Una buena dieta Detox y alcalina, donde no haya lácteos, ni proteína animal, azúcar, sal, alimentos procesados, ni muy grasos y moderada en calorías, ayudará considerablemente a mejorar el acné y el estado general de la piel.

Por otro lado las recomendaciones por parte de muchos dermatólogos en relación a este tema, consisten en disminuir la ración de lácteos a una por día.

Teniendo siempre en cuenta que sean desnatados y que estén enriquecidos con Vitamina D.

Si en tu caso te ha aparecido acné y no deja de hacerlo, dejar los productos lácteos puede ser un opción viable. Se trata de que en tu alimentación durante un período de tiempo dejes de consumirla y observar cual es la reacción de tu cuerpo, y apreciar si la cantidad de acné en tu rostro y cuerpo ha disminuido.

Nosotros, como siempre hemos ido hablando en Kitsana, uno de los remedios más efectivos para eliminar el acné que ya está en nuestro rostro e incluso prevenirlo es la aplicación de pomada o ungüento de propóleo.

El propóleo es un magnífico remedio para el acné gracias a sus propiedades que lo convierten en un potente aliado para eliminar los granos de nuestra cara o cualquier parte del cuerpo como granos en las ingles.

Consumir distintas alternativas para obtener calcio como el Falafel con tahina o Tahini hecho con sésamo.

Estudios que respaldan el artículo

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2836431/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21335995